5 Janvier 2005 Fornuel (o algún sitio cerca) Después de cuatro días de viaje hemos decidido por unanimidad que esto es digno de ser contado y que nuestros biógrafos y predecesores deben saber la verdad sobre?. Alces 2005 ICE CLIMBING Tiempo atrás decidimos volver a hacer otro viaje de locura a Alpes pero esta vez íbamos para hacer algo en concreto? Habíamos visto en una revista (la cual quise quemar en varias ocasiones) escuelas de hielo en Francia y allí, más anchos que panchos y sin saber hacer hielo decidimos ir. Al cabo de muchos kilómetros, horas y perdidas (no sé ni cuantas veces tuve que dar la vuelta) nos reunimos por casualidad en Tarragona cuando los dos estábamos buscando la estación del tren. Al vernos paramos en la primera plaza que vimos? solo que entramos por dirección prohibida y con los mozos de escuadra de frente, aunque no les pareció raro que una furgoneta diese la vuelta en la acera. Así que si ellos no decían nada nosotros tampoco. Salimos de la ciudad y como yo había hecho el viaje más largo Chimo tomó el relevo al volante mientras yo sobaba, pero al poco paramos porque ninguno de los dos estaba en condiciones de seguir? y es que salir después de año nuevo no es buena cosa, nochevieja es muyyyyyyyyy larga. Al día siguiente y tras otros tantos kilómetros llegamos a la primera escuela en Les Orres pero? la revista no tenía croquis y nadie de la zona sabía que hablábamos (sería por nuestro francés)* *Nota del autor: La traducción de las conversaciones con los autóctonos no son muy fidedignas, la verdad es que no nos enterábamos de nada de lo que decían. Así que optamos por ir a la siguiente escuela que se encontraba tras una carretera de curvas en las que te llegabas a marear. Aunque al final un precioso pueblo alpino rodeado de una inmensa pista de fondo te espera o eso pensábamos cuando vimos un mapa al lado de la carretera porque al ser de noche no se veía nada. Llegamos al sitio que nos indica la revista pero como no nos fiamos de ella fuimos a preguntar a un hotel-mirador donde se rieron de Chimo (yo estaba dando la vuelta al coche) porque era el mirador de las cascadas que estaban justo enfrente pero al ser de noche no se veían. Nuestra ilusión se disparó, mañana empezaría la aventura. Cuando nos levantamos, organizamos todo y perreamos un poco (como todas las mañanas en el viaje pero es que hace mucho frió) subimos al mirador para decidir que hacer. Y lo decidimos? ¡nos fuimos! Era exagerada la cantidad de gente que estaba ya esperando para hacer las cascadas y también el tamaño de estas, Ya volveremos el último día, vamos a otro sitio que sí tenemos croquis (llaman croquis a cualquier cosa, cuatro rayas mal pintadas en las que no se entendía nada) Fuimos al sitio, aparcamos en el parking porque había nieve en el camino y? al croquis se le olvidó decir que hay tres parking y que el último está a nueve kilómetros de donde habíamos aparcado, pero claro, eso nosotros no lo sabíamos así que echamos a andar y al breve unos chavales que bajaban en coche (es increíble como los franceses se meten por la nieve con el coche) nos dijeron o intentaron decirnos que estaba a tomar por? y que mejor cogiéramos el coche o nos bajáramos, ellos nos llevaban; a todo esto eran ya las doce de la mañana así que utilizando mi persuasión convencí a Chimo que era una locura seguir, que había una cascada una curva antes y podríamos intentarla. Como fue idea mía me tocó a mi montar el yoyo y tras una escalada de cuarto en la que me agarraba hasta de la hierba conseguí montar la reunión. Subió Chimo (supongo que igual que cuándo subí yo, no lo sé). Él me bajó con un medio ballestrinque porque el reverso iba demasiado deprisa y ya aquí estaba acojonado. La escalada fue todo una odisea con dos tramos de 90º con hielo malo que se desmoronaba con el peso de mi miedo. No me sentía las manos, las tenía heladas y no podía coger los piolos, cuando llegué a la reunión estaba hiper ventilando y con ganas de vomitar? ¡¡vaya maricona!! Unos minutos con las manos en los bolsillos y volví a funcionar, rapelamos y ya si?había empezado la aventura. Recogimos y nos fuimos a Briançon a por gasofa y por unas Coca colas para brindar. Y una vez allí, en un centro comercial aprovechamos para lavar las perolas en el servicio de minusválidos (es que lavar en el río es una locura) Llegamos a hoy día 5. Amanecimos en el parking de ayer con el ruido de los coches franceses que seguían subiendo como si nada. Al salir a me? a hacer nuestras necesidades mañaneras aparcaron a nuestro lado unos vascos con los que sí pudimos entendernos y que nos indicaron más o menos lo que había? tres horas de pateo o un coche francés. Ellos pusieron sus cadenas y se fueron mientras nosotros desayunábamos. Cuando estábamos listos para salir y a punto de echar a andar aparecieron dos autóctonos que se ofrecieron a llevarnos. Y con la pinta de frikis que tenían les preguntamos? el coincidir con esos chavales, ya no tan chavales, ha sido de lo mejor del viaje, nos han solucionado la papeleta siempre que nos los hemos encontrado. Ya en la escuela optamos por una cascada corta de 20 metros y 70º- 80º cercana que hacer en yoyo que esta vez montaría Chimo. La hicimos varias veces y con nosotros Pierre, un gendarme que se nos unió toda la jornada. Colocamos tornillos y después? algo increíble, me sentí capaz de hacerla de primero? Tenía ya cuatro tornillos puestos y solo debía colocarles las cintas. SUBÍ de primero y también coloqué mi primer tornillo de primero porque la reunión estaba muy lejos. Chimo, al ver esto se animó y también subió con las cintas puestas. Era su primera vía con la cuerda por debajo y estaba flipando. Hasta nos dimos un abrazo de alegría. Hoy también teníamos algo que celebrar. Chimo volvió a subir de primero y yo para terminar probé el dry-tooling, hice el ridículo delante de Pierre y de los vascos que estaban allí pero fue divertido. Bajamos al pueblo (L´Argentiere la Bessée) para ver el comienzo de la Ice Climbing Ecrins 2005 y allí nos encontramos una concentración de máquinas y frikis. Al ver a tanta maquina decidimos que nos daba igual, que necesitábamos un baño y que ese polideportivo tiene duchas, así que aprovechamos el trasiego de gente y con todo el disimulo que una bolsa de rejilla con ropa y toalla puede dar? nos colamos en las duchas y salimos hasta más felices. Habíamos escalado, nos habíamos duchado, que más se puede pedir en esta vida? las reseñas. Fuimos por el pueblo en busca de las reseñas de la zona pero la suerte nos vuelve dar la espalda, la edición antigua acaba de agotarse y la nueva tardará un poco? ¿está en el destino que no tengamos nunca un croquis de verdad? Con la cabeza gacha volvimos a la concentración con ansias por mi parte de más pegatinas para mi casco y allí nos encontramos a nuestros amigos gabachos que nos explicaron ante nuestra incrédula atención que allí nos prestarían material para testar, y no lo prestaron, yo salí con unos piolet y crampones Black diamond y Chimo con unos Charles moser. ¡¡¡Increíble!!! Estábamos alucinando, habían venido los reyes? esto en España no pasa, nos han prestado más de mil euros por toda la cara, claro también es verdad que se nos olvidó decirles que nosotros no sabemos hacer hielo, aunque creo que se lo olieron cuando el chaval de Peltz tuvo que explicar a Chimo como se ponían los crampones automáticos. Todavía no nos lo creemos. Día 6 de enero. Hoy después de intentar llegar a las nueve al bus que nos subiría a la zona al final, incluso madrugando, hemos perreado y llegado unos minutos tarde ¡sólo unos minutos! Otro record para este viaje. Es alucinante la organización de aquí, han puesto seis o siete furgonas que suben y bajan de nueve de la mañana a cinco de la tarde para que los escaladores echemos el rato. Cuando llegamos a la zona tuvimos nuestra primera discusión, yo quería subir ya una cascada desde abajo y Chimo prefería seguir con los yoyo. Me costó un rato de meterle caña pero al final accedió a encadenar una vía y a ello nos liamos, aunque poco a poco para eso somos nuevos. Hice yo el primer largo de unos 80º y después subió Chimo el suyo que estaba en muy malas condiciones a parte de los trozos de hielo que nos caían constantemente de arriba. Cuando ya había recibido una paliza por los meteoritos que nos lanzaban me tocó recuperar el largo y cuando estaba en la parte más fácil bromeando con Chimo y felicitándole se me cae el piolet y como no tenía dragoneras lo vi bajar?. y bajar. Vaya cara de capullo que se me quedó, no me lo creía, Chimo tampoco. ¡¡Hay que ser idiota!! (No volverá a pasar? espero) Tenía que destrepar con un solo piolo y Chimo estaba en una reunión sobre hielo malo? me insultaba con toda la razón del mundo pero me daba igual, yo sonreía, habíamos encadenado nuestra primera cascada. Empecé el siguiente largo pero Chimo hizo que parara y montara reunión, el hielo era muy malo y para mas INRI tenía a un abuelete en una reunión justo a su lado y se estaba poniendo nervioso. Nos reunimos y tras otra charla lo convencí para seguir aunque el abuelete y un pedazo de hielo que le dio en el casco le cambiaron la opinión y destrepamos. Así termina nuestra primera cascada, un abrazo, un huesito y a por la furgo para bajar al pueblo. Estábamos? estábamos reventados por lo que todo lo hicimos lo más rápido posible. Cambiamos en material prestado por otro, me colgué del rocódromo (así perdimos tiempo, pero tenía mono), compramos, fuimos al servicio de minusválidos para fregar las perolas y aquí estamos, él leyendo y yo después de tunear el casco escribiendo unas líneas porque después de cenar paso, estoy demasiado cansado y me quiero acostar. Día 7 de enero. Hoy también estoy cansado, así que no prometo gran cosa. Amanecimos donde ayer, en un lugar cerca de las vías del tren, las expectativas del día eran buenas, el Coloso de Rodas nos esperaba. Será por lo que impone el nombre o por ganas, pero esta vez llegamos a tiempo para el primer viaje. Pensábamos tomarnos la jornada de relax para reservarnos para Easy Rider mañana, así que sólo íbamos a hacer los dos primeros largos, unos 80 metros. Comenzó Chimo el primer largo cuando llevábamos ya un rato recibiendo golpes de trozos de hielo. En esto que miro para arriba y un trozo del tamaño de mi cuarta me revienta en la cara (todavía me duele). Este golpe es un buen indicativo para que me quite de allí por lo que subo hasta una cueva de hielo donde entro sentado y continuo asegurando mientras noto que se me está helando el culo? o frío o golpes, ya entraré en calor después, que es más barato que arreglarme los dientes. Chimo hace el largo más difícil de su historia, monta reunión cuando se cansa y yo termino el largo. Bajamos con nuestra habitual desorientación y cuando nos vamos a ir le digo a Chimo que quiero probar la cascada de al lado, él intenta disuadirme pero estoy decidido. Dice que es una locura pero ya no hay manera de quitarme esa idea. Subo y en la parte que yo creía fácil ya empiezo a apretar ( a que iba a tener razón Chimo de que era más de lo que yo creía). Llego al principio de la parte complicada, un trecho de 90º, estoy ya reventado y me arden los antebrazos. Descanso en un tornillo antes de empezar ese murete, coloco otro tornillo ( la verdad es que no me fío de ninguno de los seguros que he puesto, ¿donde están las fisuras y los friends ahora?). Chimo me dice que si quiero bajar? ¿será esto demasiado para mí? Lo es pero hay que intentarlo y antes de salir digo: - Vamos a hacer de tripas corazón. - Chimo voy. Los antebrazos me arden, cojo el piolo por donde puedo, un pie se me va no los coloco bien pero no me pongo nervioso sólo pienso? mi primera caída en hielo? aprieta Antonio que no la pegamos? De repente veo que un piolo ha salido ya, luego el otro, me agarro de la cabeza de uno, no puedo ni cerrar bien las manos pero? un tirón más y? ?llanea? (llanea entre comillas) lo veo, un parabol, estoy salvado, saludo a Chimo como si ya hubiese llegado ( pero esta vez no suelto el piolet) descanso brevemente y supero el último resalte? ¡he llegado a la reunión! Al bajar Chimo no quería darme el abrazo de la victoria, al final conseguí que me lo diera ya volviendo al parking, entonces todavía me temblaban las piernas. Ambos hemos superado con creces nuestras expectativas. Tranquilamente ya, devolvimos el material que nos había prestado ( lo echaré de menos, hasta me dio pena separarme de él), nos dimos otra ducha en el polideportivo mientras la gente estaba en la exposición de material, vimos a uno haciendo dry tooling en un roco y nos fuimos a Celliac donde ahora estamos descansando de las vueltas que hemos dado al pueblo buscando una tienda para las pilas de la cámara de Chimo. Descansando porque mañana es nuestro último día aquí y nos gustaría irnos con mejor sabor de boca si es posible. Penúltimo día, esto se acaba como dice Chimo: - ¡Que pronto se acaba lo bueno! Nos hemos despertado sin fuerzas para nada, pero el pensar que era el último día que escalamos nos ha dado un poco de espíritu, no podemos irnos sin hacer esta cascada, la primera que dijimos. Hemos perreado y nos hemos despedido de toda la gente que hemos conocido y con la que hoy nos hemos cruzado, entender no entenderemos a los guiris pero no veas todos los que hemos conocido y también a muchos españoles ¡es que somos como una plaga! En Easy Rider coincidimos con cuatro ingleses - Irish! is different.- Nos dijo uno de ellos que tenía cara de boxeador cabreado pero resultó ser un cachondo mental. También coincidimos con unos chavales franceses que subían que parecía que les perseguían. El primer largo el crío no me dejó ni respirar, iba pisándome los talones mientras yo quitaba los tornillos. La vía no era gran cosa pero para terminar fue perfecta. Y la cosa continuó bien cuando, por fin, encontramos las reseñas, de una edición antigua pero sólo por tenerlas antes de volver a España hice a Chimo que las comprara y él también sucumbió y adquirió otras para él. Todo era perfecto excepto que nos íbamos? que pronto se acaba lo bueno. El viaje prosiguió con normalidad, como siempre, nos perdimos más de hora y media y fuimos hacia tres direcciones diferentes pero conseguimos llegar a la frontera, a España, que está muy bien y hace mucha ilusión, pero nos hubiésemos quedado otra semanita más. Que pronto se acaba lo bueno. Ya pasado Gerona vamos a dormir, ya tarde y agotados, al cansancio acumulado y el largo viaje hacen ya mella y todavía queda lo peor?. Agradecimientos: A nuestros padres por su comprensión al hacer estas locuras. Nos hemos acordado mucho de ellos, sobre todo cuando nos insultábamos. A carla y a su diario de Harry Potter porque fue la que inspiró la idea de escribir estas líneas. A la revista de Barrabés por descubrirnos este sitio aunque sus croquis y explicaciones fueran una mierda. A todos los gabachos, italianos, irlandeses y demás, e incluso españoles por su paciencia con nosotros al intentar explicarnos las cosas. A la furgoneta por aguantar aunque a veces hayamos dicho que preferimos una caravana. A Briançon por su fregadero lavabo para paralíticos. Al Ice Climbing Event por distraer al encargado para que pudiéramos ducharnos y permitirnos testar material que sólo veíamos en las revistas. Al tiempo, ocho días de sol en Alpes es todo un milagro. A los que abrieron las huellas hasta las cascadas por esas pedazo de autopistas. Al piolet por no bajar hasta abajo.
